04 febrero 2009

Un bolichups por favor

Esta tarde me aburría un rato, pero un rato largo.

Luego de repente he visto un boli encima de la mesa que ahora me pertenece a mí, así que cambiamos la frase por encima de mi mesa. La pena es que el boli ya estaba allí, y podía pertenecer a cualquiera, incluso podría ser del que está a mi izquierda, pero imposible que el de la derecha sea su dueño. Sobre todo porque a la derecha no tengo a nadie.
Y digo la pena porque me entraban ganas de morder el boli, pero claro, no era mío, aunque sí la mesa (mi mesa), y a saber qué manos habrán tocado ese boli (si mi madre leyera esta última línea estaría orgullosa de mí), así que me he conformado con una cucharilla de plástico. Pero claro, una cucharilla de plástico tiene poca vida útil entre los dientes de una persona.

Después he pensado que estaría bien crear un boli con sabor, un boli cuya parte trasera, en vez de romperse y mancharte, tuviera sabor, como un boli chups, pero con sabor duradero, eterno, o al menos tanto dura el sabor como dura la tinta.
Además, si han creado cosas como, por nombrar alguna, condones con sabor, ¿por qué no un boli con sabor? Vale, igual no chuparía tanta gente el boli como un condón, pero también los hay. Encima, si existe un condón de sabor (¡incluso de whiskey!), eso significa que la gente chupa cualquier cosa (oiga, y que me parece muy bien).

Aparte, relacionando ambos productos, en ambos te puedes manchar, ¿no? Si chupas mucho el boli tienes el riesgo de mancharte de tinta. Si chupas mucho un condón tienes el riesgo de...

... pues sería buena idea lo de un boli con sabor, ¿no?

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